Manifiesto que el director del partido liberal dirige a sus copartidarios

Manifestación

Autores
Identificador
873919
Fecha de publicación
1898
Lugar de producción
Bogotá: Tipografía y Litografía de Samper Matiz, 1898
Idioma
español
Nota de edición
Digitalización realizada por la Biblioteca Virtual del Banco de la República (Colombia)
Materias
  • Generalidades; Generalidades / Colecciones generales; Ciencias sociales; Ciencias sociales / Ciencia política
Notas
  • Colombia
  • Dominio público
  • QUE EL DIRECTOR DEL PARTIDO LIBERAL DIRIGE A sus OOPARTIDARIOS El angustioso debate que por espacio de un año ha mante­nido hondamente agitado al país, terminó sustancialmente con el voto de las Asambleas Electorales el día dos del presente; y aun cuando todos los colombianos saben 10 que ha pasado, antes que por el testimonio unánime de los partidos, por la notoriedad misma de los hechos, creo de mi deber, como Jefe del Partido Liberal, hacer esta manifestación y recoger en una sola voz la protesta si­lenciosa de todos los ciudadanos que han visto burlados sus dere­chos, una vez más, bajo la Regeneración. A pesar de estar fresca aún la memoria de los hechos ocu­rridos en el debate electoral de I896-año en el cual se usurpó á los liberales sus derechos políticos en la elección de Representan­tes, -y á pesar de estar vigente la ley que permite á los usufruc­tuarios del poder público tal usurpación, el Partido Liberal, por orden de su autorizada y patriótica Convención Nacional, concu­rrió á las urnas, con ejemplar disciplina, en Diciembre último. En obedecimiento á lo dispuesto por la Convención, de quien emanan mis poderes, y por convicción personal, aconsejé al Partido Liberal la concurrencia, con moderación y respeto por el ajeno derecho, á los comicios electorales, y no tengo de qué arre­pentirme. La abstención de un partido en actos de que dependen directamente su propia suerte y los destinos de la N ación de que forma parte, no es aceptable, á mi modo de ver. La protesta, cuando hay hechos que la motivan, es siempre justa, y será oportuna tras la violencia que la provoca; pero la abstención es ocasionada á que se crea que estamos conformes con lo que se hace en nuestro nom­bre, ó que nos resignamos por cobardía á ta usurpación de los de­rechos y libertades que, perteneciendo á todos los ciudadanos, no pueden, sin graves responsabilidades, ser renunciados ó abandona­dos por una fracción. La reclamación, aun por los medios imper­fectos que permiten las leyes, vale como protesta muchísimo más que el asentimiento tácito ó la resignación involuntaria. La violen­cia se gasta alguna vez, sólo la justicia. es perdurable. Hubo otras razones políticas que me determinaron á acon­sejar á los liberales la concurrencia á las urnas, aun cuando había motivos para creer que las promesas de respeto al sufragio no se cumplirían; y aun cuando era de temerse que, habiendo lanzado el Gobierno candidatos propios, los partidos de oposición no pudie­ran, bajo el actual régimen, sacar triunfantes los suyos. La actitud que habían asumido los conservadores históricos indicaba claramente que rendirían culto á sus anti.guos y por largo tiempo abandonados principios, contribuyendo así al restableci­miento de la ~epública. Natural e,'a que, dada esa actitud, los libe­rales vieran en ellos aliados, si no para triunfar con candidatos de acomodo, á lo menos para garantizarse mutuamente la efectividad del sufragio, base fundamental de la restauración de la República an­helada por todos los que estaban fuera del nacionalismo. La acción enérgica y simultánea de todos los que reclaman un mismo dere­cho hace invencible la opinión que 10 sustenta, é innecesaria la ape­lación á las armas para reivindicarlo. Lo que el Partido Liberal buscaba era un cambio político sin sacrificios de sangre; y era de esperarse la unión para verificar ese cambio, tanto más cuanto que el Partido Liberal había declarado, por sus órganos más caracteriza­dos, que no aspiraba por entonces á la supremacía en el Gobierno, sino solamente á una participación en él que le permitiera ejercer la influencia necesaria para llevar á efecto las reformas constitucio­nales y legales en que los dos grandes partidos parecían estar de acuerdo. En la frase votos por reformas, había sintetizado el Presi­dente del antiguo Directorio Liberal la política de su partido, en presencia del debate eleccionario que se iniciaba. Vino luégo la Convención y autorizó al Director único del Partido para celebrar convenios políticos "sobre la base de concesiones mutuas y hon­rosas," facultad de que el Director del Partido estuvo dispuesto á hacer uso durante el período electoral, como así lo manifestó más de una vez por la Prensa. Del Nacionalismo, que vive por el actual régimen, no podía esperarse cooperación para las reformas constitucionales y legales á que aspira el Partido Liberal; yel Directorio Conservador tan sólo pensó en definitiva en la reintegración conservadora, renunciando así á las aspiraciones que antes había manifestado y que se definían en las bases de reformas por él acordadas. Estando yá próximo el día de las votaciones, el Directorio Liberal, de acuerdo con el Consejo Consultivo, á quien le vinieron de los Departamentos expresas facultades, creyó llegado el momen­to de proclamar candidatos, y recomendó al efecto á los señores doctor Miguel Samper y General Foción Soto. El doctor Samper ha prestado al país muy importantes servicios, y su moderación de ideas y aspiraciones podían presentarse al país como prendas se­guras de conciliación. La elección del doctor Samper habría satis­fecho mejor que cualquiera otra, en estas circunstancias, las exigen­cias de los colombianos en cuanto ellos aspiran al establecimiento de la paz en la libertad. En el General Soto, todo el mundo ve un ciudadano inmaculado, modelo de honradez y patriotismo. En las elecciones para el nuevo personal de las Asambleas departamentales que habrán de ejercer la función constitucional de nombramiento de Senadores, el Partido Liberal no puede decorosa­mente intervenir, ni intervendrá, según lo ha resuelto el Directort de acuerdo con el Consejo Consultivo. Deja que ese asunto lo re­suelvan por sí solas las fracciones conservadoras. Acaba de tener lugar el fraude más inaudito que registran los anales electorales del país, y no pudiendo el Partido Liberal impe­dir que se renueve, con sólo la influencia moral de que dispone, deja que él se consume. Todos los esfuerzos del Partido Liberal en el sentido del respeto al sufragio han sido completamente infructuosos. N o es la primera vez que al Partido Liberal se le desconocen sus derechos, y sin embargo se ha mantenido unido bajo la bandera de sus principios, y no hay temor de que el fraude de que lo han hecho víctima sus contrarios en las elecciones que acaban de pasar, disgregue sus elf'mentos. Depositario el Partido Liberal de la tra­dición republicand en Colombia, los deberes que tiene contraídos para con la Patria mantendrán firme la fe en el alma de sus lidiadores. Los liberales deben, en mi concepto, mantenerse unidos y conservar vivas sus esperanzas de restauración republicana, como que son ellos la fuerza moral más preponderante en el país y como que abrigan la convicción de que las leyes morales que establecen el influjo de los principios, en _el gobierno de los pueblos y n~ el predominio de simples intereses de bandería, prevalecen en defini­tiva. La prudencia, la decisión y la fe en el triunfo definitivo y no muy remoto de nuestra Causa, debe ser la norma de nuestra con­ducta. El Partido Liberal debe apelar ante el buen sentido del país y no debe olvidar que con justicia, con esfuerzo y con constancia se alcanza al fin la victoria. Ruego á mis amigos políticos que acojan mis palabras con benevolencia, que acaten las decisiones de los Jefes que se han dado, y que, unidos en un mismo sentimiento patriótico, se manten­gan firmes en sus convicciones republicanas. Al dirigirme en esta solemne ocasión á mis conciudadanos, deseo especialmente manifestar á la juventud liberal que la acción política del Directorio tiene en mira prepararle á esa juventud­nervio, inteligencia y gloria futura de la Patria - días mejores para el ejercicio desinteresado de sus facultades, que aquéllos que le han tocado bajo el humillante sistema de la Regeneración. AQUILEO PARRA Bogotá, 15 de Febrero de 1898 __ ----------------~--------------------~A TIPOGRAFÍA Y LITOGRAFíA DE SAMPER MATIZ - BOGOTÁ
  • Debates; Discursos; Elecciones; Fraude electoral; Partido Liberal; Política y gobierno
  • El angustioso debate que por espacio de un año ha mantenido hondamente agitado al país, terminó sustancialmente con el voto de las Asambleas Electorales el día dos del presente; y aun cuando todos los colombianos saben 10 que ha pasado, antes que por el testimonio unánime de los partidos, por la notoriedad misma de los hechos, creo de mi deber, como Jefe del Partido Liberal, hacer esta manifestación y recoger en una sola voz la protesta silenciosa de todos los ciudadanos que han visto burlados sus derechos, una vez más, bajo la Regeneración.
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