Carta en la que se lamenta de su suerte, de la del Museo y la de la Arqueología en Tarragona. Cree, que con la posibilidad de que su cargo y el Museo dependan de la Diputación de Tarragona, ni él cobrará su sueldo ni la Diputación hará nada por mantener el Museo, objetivo secundario para los miembros de la misma.