El general Dreyfus

Manifestación

Autores
Identificador
852320
Fecha de publicación
1901
Lugar de producción
1901
Idioma
español
Nota de edición
Digitalización realizada por la Biblioteca Virtual del Banco de la República (Colombia)
Materias
  • Generalidades; Generalidades / Colecciones generales; Ciencias sociales / Derecho
Notas
  • Colombia
  • Dominio público
  • Debemos á la galantería de un connotado liberal, y á la confianza con que nos honra ese adversario político, el haber conocido el manifiesto-renuncia que el General Marcelino Vélez, Comandante en Jefe de los Ejércitos del Gobierno, dirigió al Sr. Ministro de Guerra, con fecha 10 de Marzo del corriente.
  • Procesos; Derecho penal; Secretos militares; Militares; Política
  • o EL GENE~ Al DT\EYFUS Debemos á la galantería de un connot ado liberal, y á la confianza con que nos honra ese adversario político, el haber conocido el MANI­FIE8TO- RENUNCIA que el Gra.1. \I.trceliano V élez, Oomandante en Jefe de los Ejércitos del Gobiern o, dirigi6 al Sr. Millistrco de Guerra, con fecha ] O de Marzo corrieÍlte. . El pr eClO::'O docu lIento no~ fue leído sin que se n os permitiera po [ter en él mano sacrílega ; se us6 con nosot..:o~ de la!:' m.ismalS precauci nes em­pleadas ahora Jías por lo" a~izad( res de la Revo­lución para el scñttr Elluldical, La Reintegración y demás papeluchos inmundo:::! que ha.c1an co,o en la capital ( e 10::3 < 6esinat\ s y desU1llue::; perpetrd.­dos en el resto ~el país por loo padres de b liber tad. No es corto el tiempo que llevamos de pere­grinaci6n sobrM la tIerrtl, y sin l'm b .1'60 no te· nlamos noticia ni por la imaginaci6n se nos había pasado, que la deslealtad, la revelación del secreto de Ebtado.y la estulticia política oe exhi­bieran fría y deliberadamente en público. El Nla ­nifiesto del Cornandantp General ele los t jércitos del Gobierno, como vamos á verlo, acusa de del:!­leal, de indiscreto ~. de r.ecio al IWl'íionaje antio ­queño, que debde hace medio siglo es la esperanza de la patria, sin que se h.iyan presentado jamás síntomas de que haya de convertil':-,e al fin en halagadora realidad. Ante t odo, atrás quienes se . trevan á decir que ese desgraciado documento lo suscribi6 el Comand.ante General para que fLlera á dormir profundo sueñ,) en los "Mchivos del Ministerio de Guerra.; q uienes tal absurdl) propalan, olvidan 6 fingen o] villar' para quemar el último cartucho en favor de su Jefe agonizante, que las noticias de Maracaibo y de Our" gau, la de",mor.l.lización y milagroso desgrane de nuestro Ej~ruito. la. pérdi­da de armas, y todo ese fárrago de traidoras cvn­fesion es elel GraL V élez no eran, ni po ¡Íall ser, un misterio para el ~xcmo. Sr. l\!larroquÍu, 111 pará el Miuistro de Guerra" en el supuesto de qu~ real . men~e exist iera es'\ cúmulo de detalles pavoros s, en las proporciones y con el colorido que les pr es ­ta la pluma cuasi-radical que suscribió los omino­sos tratados de Manizales; la mism .... que jamás ha osado defenderse del vergon.iíOt'o triunfo de Garrapat a. Ha.y que convenir, porque la 16gica es in­flexible, en que e~ Gral. V élez no tenía para qué revelar secre1los ele Gobierno á quient:s con él, quizá en Con,e.Jo de :Ministros, habían delibera­do sobre los naturales tropiezo que pr senta una c paña en que s lueh con tenaz y perverso en emigo, hacIendo valer en esa deliberaciones R.I!:SERVADAS las distintaS noticias relativas á or­den ptlblico; si el Comandante General puso por e'scrito aquello mismo qu~ le habían oído el Excmo. Sr Vicepresidentu y el Ministro de Gue­rra, no pudo hacerlo billO porque estimaba de antemano su l'enuncia-nldnifi~sto como destmada al público, Ó pOI lo mellos para que en ella se recrearan persouas que no debían saber lo que confiesa el documento; yá los hecho::; han proba­do que .no nos equ: vocamos ul formar este juicio, y hay que cOlJvenir, por de,'gracia, en que el Co­mandante Geueral, al revelar en público esos secretos de gabinete, fingielldo que Jos vert.Ía en el oido de los altos funcionarivs, se hizo reo de traici6n ante quienes en él habían depositado ilimitada confianza, y ante el Partido Conserva­dor, habl3mos del veTdadBro, del cristiano, que no puede ' er con buenos ojos .'e le entregue mania· tado al e nemigo comÚn de Cristo y de la lib er­tad que de Él emana . . En el proceso >reyfus, que conmovi6 al mundo civilizado, obraba ulImo prueba formida­ble de a cusación un simple borderemt, encontrado por casualidad en un cesto destiuado á recoger papel es i nútiles; psa hoja n) t nía firma, ni Dreyfus ha reconocido h sta hoy que fuera escri­to de su puño y letra. En el proceso formidable que inicia. el Par­tido Conservador contra el Gral. Marceliano V~- ~ lez, ('omandante en Jefe de los Ej ércitos de! Gobjerno 111 1901, por revelación de secretos de guerra heclill eH el camfJo enemigo, tan sólo figu­ra un documento: 1;1 Jeladón firmadét ele puño y letr& del Comaudantt' General! Hemos t'studiad 1 a la ligera la faz más ne­gra, la nás odio'~a del borclereauJ del Dreyfu$ co­lombiaoo; hagamos ,Igunas obsprvaciones al res­eo del ID lhadado documento. El G -nera1, después üe dellarar que el Go­bierno curece de ne iiOH de defensa contra la guerra. de partidas. á pesar, dke, de h aber gana­do las princi pul eH batallas, pro pone dos medios para (!t"'olvel' la paz á la Naci6n ; el primero or­ganizar ejércitos formidables, y el segundo "ES BUSCAR LA PAZ HACIENDO TRATADOS CON LOS JEFES PRINCIPALES DE LA ItEvoLUCIÓ:N, SOBRE LA BASE DE CONCES!') ES DE TAL NATURALRZA QUE LOS OBLIGUEN MORALMENTE A DEPONER LAS AI{MdS." N o ofendemos el criterio del leetor comen­t~ ndo el adefesio que (ejamos transcri to, real­mente sería, inmoral y estúpido q ue los radicale.s continuaran con el arma al brRZO después de ob­tener la pacífica posesi.ón del Gobiern o. Habla luégo el vencedor en Garra pata,y tén­gase en cuent.a que la fuerza pública no es deli­berante, d ctl'ina que ha ~ustentado con ardor el vdismo, de convocar, euaudo la paz se obtenga, "un cuerpo l'epresentativo, elegido libremente, sin imposicioIJes ni exciusiones" que "daría al Gobierrlo la investidura de legitimidad:' (Olvi­dábaillos hacer constar que el Comandante Gene­ral de los jérc:itos del Gobierno DO cree que éste sea legítimo, y con esa creencia ent re pecho y espalda, no tuvo empncho en ejerct.r las Gober· naciUIJe¡: de Antloquia y Bolívar y el puesto que hoy renuncia y que aún conserva por su propia voluntad). Nada mRs al) urdo, nada más necio, nada que esté menos de acuerdo con el sentido común. que aquello ele elegir uu Ouerpu represtlutativo f:iin imposiciones ni excluE-iones, cQn entera libertad, é imponerle á ese Juerpo, apenas se inicia la idea de convocarlo, la obl;gación de legitimar un Go­bierno que el General tacha de ilegítimo; impo­sici6n mayor no cabe, y en cuant o á las exclu­siones .. ... j vaya, si da grima m(>terles pluma á los manifiestos del Uomandante General! No queremo dM' de 1 lano al trabajo que nos hemo;:; impue to in, a borear otro parrafito de la renur:..cia, que es el col no de algo que no nos atreve ))Q8 á calificar. " El sistema de guerra de par tidas, en terri­torio montaño. o y extenso, CUA.NDO CUENTA CON LA OPINIOr{ DE UNA GRAN PARTE DEL PAÍS DONDE SE HACE .... " Tenem(J8, pues,' que el General declara que la guerra eH 0010 m bia estil, apoyada por una gran parte del país; no es posible con venir en que el General se refiera á la extensión de t erritorio, sino á la mayoría de su,o¡ habitautes ; luego al ha­cerse UIla elección liDre, si11 exclusiones ni impo­siciones, vendrá al poder el radicalismo, y el 31 de J u)io se quellará sin legitimar, como lo desea, de modo tan sincero, el ex-futuro Presidente de la Hepública , En sum~, y para terminar, el Sr. Gral. Mar­celiano V élez, el hombre de los manifiestos y E> 1 militar de lo~ tratados, nos h a regalado con un modelo completo t •. el género que usa para los primeros, y nos quiere dar el hermoso y conmo­vedor espectáculo
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