A las jentes de buen sentido: virtutem incolumen odimus, sublatan vero ex óculis quoerimus invididi, dictum cujusdam

Manifestación

Autores
Identificador
857447
Fecha de publicación
1852
Lugar de producción
Medellín: Imprenta de la Viuda é Hijos de Manuel Antonio Balcázar, 1852
Idioma
español
Nota de edición
Digitalización realizada por la Biblioteca Virtual del Banco de la República (Colombia)
Materias
  • Generalidades; Generalidades / Colecciones generales; Religión
Notas
  • Dominio público
  • Antioquia (Colombia)
  • Acusaciones; Defensa; Historia; Iglesia Católica; Iglesia y estado; Política
  • A LAS JENTES DE BUEN SENTIDO' , F RANCISCO DE P. B ENITEZ. oculis qucerimus invidi. D¿CLlun cujusdam , l\IEDELWi 29 DE NOVlE)IBRE 1852. El que pone estas lineas como mini tro del culto, herido con los dard os de la impiedad, cuyas cicatrices conserva aUD, ha cre ído de su deber, dar 11 la uacion este público testimouio de su ~l'alilud i sentimientos. pia csperiencia ser émos impenetrables 11 los dardos del odio. i 11 las cautelosas seducciones i maligna influencia de la impiedad é irrelijion, Por tan poderosas razones pucs, es un deber para los cristianos el estudio de su relijion: cada uno sel1un su posibilidad i circuns ­rancias desde el pobre jornalero ha ta el sacerdote, que por razon de 5U sagrado ministerio estáobligatlo iJ profundizar la doctrina con. tenida en las santas escrituras, esplicada en los concilios, i espuesta luminosamente en las obras i escritos de los Padres de la IElesia. .En la época presente es una obligacion imperiosa de todos 105 padres madres de famil ia, i maestros encargados de la educacion pública procural ' para SI, para sus hijos. i educandos una mas basta instruc­cion en lodo lo relativo 11 nuestra relijion; para evitar de este modo la seducci ón i el engaíio de los impíos seudofiló sofos: los enemigos de la rclijion son demasiado astutos para revestir e con la apar iencia i esterioridad de las virtud es i creencia relijiosa, é inculcar sus erro­res a nombre de la relijion misma que quieren de I ruir: así lo han hecho siempre. Guardaos E dicc nuestro divino redentor de los que vienen 11 vosotros disfrazados con la piel de oveja ; porque sus intenciones son de lobos rapaces. na tr iste esperiencia nos ensena, que las naciones han sido siempre despotizadas í tiranizadas cuando se han corrompido, i quc el indiferentismo relijioso es el primer pc~ riodo de la corrupcion. Invoco pues el Zelo de todos los amigos de la reljion, para que presenten un muro impenetrable 11 los tiros em­ponzofiados de la seducción i la mentira. El que escribe esto esta íntimamente persuadido que todo ciudadano tiene el deber de, con­tribu ir de alguna manera 11 la mejora o 11 la salvacion de los princi­pio rejeneradores de las sociedades humanas: espera pucs el que suscribo que todos los ciudadanos virtuosos i amantes de la patria en jeneral , i singularmente los sacerdotes de uno i otro clero i los rnaes­tros ecunden sus Intenciones con sus consejos é instru cciones eo el tribunal de la penitencia, en la catedra de la verdad, i en sus es­cuelas para que la mentira i el err or detestable que nos amenazan con lodos lo horrores de la guerra civil i del ecsecrable fanatismo huyan para siempre de este pais: invoca así mismo la sabiduría i pa­LJ'iolismo de los cat ólicos i verdaderos sabios, 11 quc Iavorezcan i ayuden sus intenciones con sus sabios i luminosos escritos. J7irtutenz incolumeni oclimus-' sublatani vera ex Entonces disipada la espesa niebla de la ignorancia presumida de si misma, i del injusto i gratuito odio, cojerémos l o ~ abuudantes frutos de un réjimen, que dirija sus intenciones al sólido bien i ver­dadera felicidad de la nacion que gobierna. Ent ónces la prnpia es­periencia COD sabias Iccciones nos dira en los oráculos de su sabi ­duria, i nos hura sent ir con su dulce inl1uencia, que no hai felicidad pública sin sabias leyes. i que estas no pueden serlo sin estar basa­das en el estable fundamento de la relijion. Ent ónccs conocerémos mejor que el ilustre proscrito estaba penetrado de estos abios prin­cipios, i que sus intenciones ihan mas alla del miserable alcance de los presum idos semisabios. Eut ónces en fin amaestrados por la pro· ooooeooooooo~ooooooooooee~oee~OO5ooo~ooeoee~~ooel~~l'oeGooooeeoeo~~ooeoee6eeooeeeo~oeeeee~ I \ J NIEDELLIN: ,/k 'J. 3 1 LA historia que nos )0 enseña lodo, i que ofrece al vivo el cua­dro animado de las virtu des, vicios i pasiones de los hombres ma­nifiesta con los mas vivos colores, i de la manera mas persuasiva qu: la ~i r tu d. i el verdadero mér'ito'n tienen sus émulos que la ri~ valizan I perSiguen, no es pues estrano, ni debe asombrar al horn­bre pensador i prudente que el benem érito i sabio Arzobispo de I Bogota Dr. Manuel J osé i\Iosquera sea el blanco de los dardos emponzoiiadcs, que el odio gratuito i malevolencia de los impíos le asestan inicuamente: renuevo de una familia espectable por sus 'Vi rtudes cristianas i por su amor 11 la letras, bebi ó desde la infan­cia aquella feliz disposicion que es el preludio que anuncia los jenios eminentes: descoso de manifestar al soberano dispensador de todos Jos bienes i gracias su reconocimiento, se consagro a su particular servicio, recibiendo el órden sacerdotal: mui pronto se conoció la elevacion dc su [enio i los frutos abundantes que habla de cojer la nacion de su doctrina i virtudes, i esta persuacion Iué el motivo de su elevación 11 la silla arzobispal. Apénas subió 11 ella, cuando las sabias disposiciones que anunc iaban su sabiduría i virtudes, le rna­nifestaron como el modelo mas perfecto de ellas 11 todos los pueblos americanos, i desde em ónces no Ita cesado de promover todos los medios de felicidad pública de que es capaz nuestra actual civiliza­cion. ¿Quien pues podia esperar que la nacion misma que Ic vió nacer le espeliera de su seno, privándose as! de los grandes bene­ficios que sobre ella derramaba a manos llenas?, pero no hagamos este ultraje a la Nuevagranada: ella llora inconsolable el perverso ostra cismo, que aparta de su seno al objeto de su amor i veneracion: en el retiro del asilo doméstico se derraman abundantes i sinceras Jagrimas por tan doloroso acontecimiento, i se elevan al Dios de ju sticia verdaderas súplicas i plegarias por su regreso: el clero por su par te testigo mas inmediato de su sabiduría i eximias virt udes; no cesara de elevar al ciclo sus manos para alcanzar tan señalado favor: no, no es posible que el Dios dc bondad cierr e sus oidos 11 tan fervientes súplicas; i por 10 lanto debemos desde ahora prepa. rarnos al gran júLilo con que hemos de " el' rest ituido 11 la nacion el amable i dcseado pr ócer de la ' uevagranada. n trnENTA DE L,\ VI DA I~ 1ll.lOS DE M,\NUEL ANTONIO DALC,\Z¡\R¡ . Por Pab!» A. llalc ámr, ;, DE DIC1EMDRE DE 1852-::-43.,
  • Documento de apoyo a la Iglesia Católica y al arzobispo de Bogotá.
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