Una carta
Manifestación
- Autores
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- Autor: Reyes, Rafael, 1850-1921
- Identificador
- 866551
- Fecha de publicación
- 1897
- Lugar de producción
- Bogotá: Imprenta de Samper Matiz, 1897
- Idioma
- español
- Nota de edición
- Digitalización realizada por la Biblioteca Virtual del Banco de la República (Colombia)
- Materias
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- Generalidades; Generalidades / Colecciones generales; Ciencias sociales; Ciencias sociales / Ciencia política
- Notas
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- Colombia
- Dominio público
- UNA Bogotá, Noviembre 15 de 1897 Señores General D. Juan N. Valderrama y D. Marco Fidel Suárez, Presidentes de los Directorios Conservadory Nacionalista; General D. Marceliano Vélez, General D. Manuel Casabianca, General D. José Santos, General D. Jaime C6rdoba, doctor Antonio Roldán, General D. Jorge Holguín, doctor Pedro A. Molina y doctor Carlos Calder6n Reyes. Estimados amigos, y copartidarios: Habiendo convenido ustedes en representar los dos bandos que al presente fraccionan nuestro Partido, con el plausible objeto de restablecer, en cuanto de ustedes dependa, la tranquilidad perdida para el país á consecuencia del actual debate electoral, y de buscar una manera decorosa cómo conjurar las dificultades que de él han derivado, no seré yo quien pueda entorpecer la realización de esos saludables propósitos, en forma que si ustedes consideran mi nombre como obstáculo á sus patrióticos empeños pueden, en buena hora, hacer caso omiso de él, que yo . á mi vez trabajaré con entusiasmo por el triunfo de los candidatos que representen las nobles aspiraciones de ustedes. Espero que la benevolencia de ustedes sabrá excusarme si en esta carta - aunque escrita al correr de la pluma, inspirada por un ánimo sereno que ha subordinado siempre cualesquiera intereses á los muy sagrados de la Patria - dejo constancia del modo como aprecio la actual situación que en mi sentir tiene dos fases, á saber: la paz pública y la confianza en ella, por una parte; de otra la cuestión económica, grave de suyo: puntos uno y otro estrechamente ligados á la acción política de los partidos, y, de una manera más inmediata, á la dirección definitiva que haya de imprimirse á ¡"as fuerzas eleCtorales que militan en la actualidad. por causa de las elecciones que habrán de veriflcp.rse próximamente, la agitación de la República -- estado consiguiente á esas luchas - se na ¡lcentuado esta vez con caracteres verdaderaíTIente alarmantes. Si hemos de referirnos sólo á nuestro Partido, el que llevó á término la transformación de 1886, tropezamos con uni división, de síntomas funestos, la cual lo ~a puesto en olvido del alto encargo - aceptadO por él ante Dios, ante la Patria y ante la Historia mismade sostener las instituciorfes, y también de mejorarlas, rectificándolas' mediante las lu-ces de la experiencia y la cordura, y bajo las inspiraciones col). que brinde una opinión pública ilustrada y serena. Más bien que l~ara una lucha política, dijérase que el país se encuentra organizado y apercibido para la l revolución. Consecuencia de tal estado de ~osas, hanse suspendido las transacciones comerciales, apresurádose los Establecimientos de Crédito á hacer efectiva su Cartera; el premio sobre el Exterior ha experimentado alza prodigiosa, del 140 al 173 por 100, lo que equivale en la escala comercial á 33 puntos que en todo pueblo denuncian abrmante crisis. A la falta de confianza en la conser ración de la paz se aúna el mal estado del Erario público, que irá diariamente agravándose, yá que de las dificultades económicas de una Nación, en mayor ó menor escala, según la organización respectiva, se resiente el Fisco. Para colmo de males. la depreciación constante del café, nuestro principal y casi exclusivo artículo de exptlrtación, nos amen .za con ruina general; tal vez no esté muy lejano el día en que hayamos de abandonar las plantaciones del valioso grano, como sucedió no há mucho tiempo, para buscar nuevos productos exportables, entre los muchos en que, por fortuna, abunda nuestro suelo. Los trabctjadores que actualmente ocupa la industria cafetera no se resignarán de grado á la obligada baja del jornal que puede decrecer desde $ 1 á 0-20 centavos, lo que oéasionaría el descontento de los jornaleros que, creyéndose explotados por los empresarios, estarían prestos á entrar en cualquier movimiento revolucionario de la peor clase imaginable, pues es cosa sabida que casi todas las grandes conmociones han obedecido más que á motivos de orden político, á graves crisis económicas. He querido extenderme adrede sobre este punto, por dos ra,lOnes: primera, para recordar un peligro que acaso haya pasado inadvertido de quienes han entrado á la ardiente liza de nuestra política en los últimos tiempos, y luégo con el fin de hacer notar que á la conjuración de estas dificultades nacionales deben concurrir también esfuerzos nacionales ; y como yá hemos visto la estrecha relación que guardan entre sí nuestras vidas económica y política, la acción de los partidos, por medio de sus conductores, debe propender á buscar resultados que en vez de hacer más difícil y oscuro el problema fundamental de '~uestra economía, coadyuven á encontrarle solución favorable que á todos interesa. Opino, en consecuencia, que los Directores de la actual política deben ponerse de acuerdo-como medio práctico de conseguir satisfactorios resultados-á fin de que las próximas el~cciones se consumen con el mayor orden posible, de modo que en éIlas no se perpetúen desmanes é intemperancias en todo caso reprobables. Ert cuanto al Gobierno, e,stoy seguro de que hará cumplir, por su parte, estrictamente la Ley, sin restricciones de ningún género. Obrando así, se conseguirá poner á salvo el orden público, elemento indispensable en la crítica situación por que atravesamos, y lograremos exhibirnos como pueblo civilizado. Los electores favorecidos con el voto popular representarán la opinión nacional, que, en definitiva, consagrará ¿ los individuos~cu~iesquiera que ellos sean-alzados por el querer público á 'gobernar á Colombia: esos mandatarios contarán no solamente con el apo;Ó del partido que los eleve á las primeras dignidades de la República, sino también con la benevolencia del vencido que, no por serlo, dejará de funcionar como factor necesario en la vida política y administrativa de la N ación. En el caso contrario, la imposición y con ella el fraude ó las violencias de cualquiera especie, conseguirá únicamente lanzar á Colombia á guerra desastrosa con perniciosos caracteres de revolución social, que puede acaso llevarnos á la disolución. En manos de ustedes -está la futura suerte de nuestro Partido, y en no pequeña parte, la tranquilidad del Estado. De mí sé decir que confío en que ustedes se colocarán á la altura de su delicada misión. Abrigo también la confianza de que los Jefes del Partido Liberal cooperarán á conservar el orden público y mantener el respeto á la autoridad, mediante el goce de las garantías á que tiene derecho la causa que ellos represen tan; aspiraciones que alimentan los hijos todos de Colombia. De ustedes afectísimo amigo, Rafael Reyes IMPRENTA DE SAMPER MATIZ-BOGOTÁ ¡ 1,
- Aclaraciones; Candidaturas; Partido Liberal; Partidos políticos; Política y gobierno; Volantes
- Carta de Rafael Reyes dirigida a sus compañeros del partido liberal para unirse entorno a la causa de sacar el país adelante dejando de lado las diferencias existentes.
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