Manifestación

Autores

• Autor: Delgado, Daniel, Fray

Identificador

866784

Fecha de publicación

1878

Lugar de producción

1878

Idioma

español

Nota de edición

Digitalización realizada por la Biblioteca Virtual del Banco de la República (Colombia)

Materias

• Generalidades; Generalidades / Colecciones generales; Ciencias sociales; Ciencias sociales / Economía

Notas

• Cundinamarca (Colombia)
• Dominio público
• Aspectos económicos; Legislación; Precios; Rentas; Sal; Volantes
• o l o SOLICITUD IJ 1-1 z ¿ .OO---¡ P\j -43 DEL GOBERNADOR DEL ESTADO 8. DE QUNDINAMARCA AL CONGRESO NACIONAL. CIDDADANOS SENADORES 1 REPRESENTANTES. El infrascrito, Gobernador del Estado soberano de Cundinamarca, tiene el honor de elevaros la presente solicitud, contraida a obtener una rebaja en el precio de la sal. Sabido es que todo monopolio a!,tificial es una in­fraccion de las leyes económicas, i que ellos no han po­dido tener otra razon de ser en sociedades organizadas regularmente, que la de facilitar recursos para, la exis­tencia de los Gobiernos. Entre los terribles rezagos de la Colonia ha queda­do entre nosotros el monopolio de la sal. Aunque quizá el mas injusto e inconveniente de todos los que forma­ban el largo catálogo del sistema tI-ibuta.rio español, se , ha conseryado probablemente por sus enormes rendi­mientos i por su fácil i sencilla adminif'tracion. Digno compañero de la alcabala i d'3 los estancos de tabaco i aguardientes, apénas se concibe la gran necesidad que haya tenido el país de su mantenimiento. N o de otro modo se esplica la abolicion de aquéllos i la conserva­cion de éste, que se refiere a un artículo de tanta impor­tancia para la vida i para el progreso de la industria. Sea de ello lo que fuere, ya que la existencia del Gobiemo hace indispensable el mal del monopolio, es precis::> atenuarlo en todo 10 posible, i sobre todo en cuanto sea compatible con la conservacion o aumento de la renta. N o vengo, pues, a pediros, como pudiera creerse, la abolicion del monopolio: ocurro a vosotros, ciudada­nos Senadores i Representantes, en nombre del pueblo de Cundinamarca, en demanda de la baja en el precio de la sal. En nombre de ese pueblo sufrido i patriota, trabajado por la guerra, diezmado i mutilado por el plo­mo i la metralla, agobiado por la pobreza, i combatido hasta por las estaciones, que han sido en estm~ últimos años ruinosas para la agricultura, casi única fuente de su subsistencia i bienestar. Por la lei 33 de 1875 tiene el Poder Ejecutivo na­cional las mas latas autorizaciones para administrar se-' gun 10 estime conveniente el ramo de saEnas; i segw'a­mente en uso de esas autorizaciones espidió el decreto número 22 de 1876, encaminado a dar libre la elabora­cion de la sul. Ya csto era mucho, pues peL'mitiendo la competencia entre todos los elaboradores, tenia necesa­: riamente el artículo que bajar de valor i suministrarse con mas facilidades i de mejor calidad. Era esto poner­lo al alcance de todos. Mas, vino la funesta i complica­da situacion de 1876 i 1877, i el Puder Ejecutivo, urjido por la necesidad del momento, hubo de recojer su de­creto i fijó el precio de la sal así: La compactada, a $ 1-60 cs. I~a de caldero, a $ 1-50 cs. La vijua, a $ 1-40. Estos precios, relativamente altOR tratándose de un artículo de primera necesidad, desgraciadamente se con­servan aún: ellos vinieron a sustituir el sistema de la libertad en la elaboracion que, segun la espresion del señor Secretario de Hacienda~ tanto reclaman la justicia, las conveniencias del Tesoro, el desarrollo de la: riqueza i hasta la misma Constitucion de la República. No ha.i duela que el 8istema de la libertad es bueno porque él tiende a bajar el precio del artículo; pero es mejor que ese precio, al ménos en su término máximo, sea fijado por la lei i que sea menor en todo caso del que actualmente tiene. Esa fijacion legal es una garan­tía ofrecida al consumidor; que lo tranquiliza para el porvenir i que le da seguridad en sus cálculos. 1 no os asalte para dar este paso el temor de djsmi­nuie la renta. J~a sal es un artículo de tantas i de tan variadas aplicaciones, que facilitar su consumo es multi­plicar su venta i aumentar, por consiguiente, sus rendi­mientos para el Tesoro. Esta sustancia indispensable para la existencia del hombre ha venido a ser tambien de grande i trascendental importancia en la industria. Ella se emplea en el tinte i blanqueo de las telas, en la jubonHicucion de las grasas para fabricar jabon i bujías, en la reduccion' de 108 metales aljentíferos, i entre noso­tros especialmente podria emplearse con grandes venta­jas, si su precio lo permitiera, en la agricultllra.¡ para. abonar nuestros empobeecidos terrenos, i en la nutricion i mejoramiento de la ganadería. E&, pues, un bien grande, un bien inmenso el que se haria al país dando ensanche al consumo de la sal, i esto sin pel;juicio, i ántes bien, con ventajas para el Erario público. Contrista el ánimo el pensar en los sacrificios que tiene que hacer una pobre familia para adquirir, a duras penas, esta sustancia necesaria a la vida, cuando parece que la naturaleza misma ha querido ofrecerla gratuita­mente al hombre, como el aire, como la lt>.z i como el agua, estendiéndold, en grandes masas sobre la superfi­cie de la tierra i llevándola a todas partes en las aguas del mar. Es, pues, hasta contrariar los designios del Sér Supremo arrebatada al hombre que la necesita, como el agua i el aire, para la con!':t'l'vacion de su existencia, i que, como el agua i el aire, la encuentran donde quiera al alcance de su mano. Concluyo, pues, pidiéndoos respetuosamente, en nombre del pueblo de Cundinamarca, acreedor a la con­sideracion pública por su patriotismo, sus grandes sacri­ficios i sus virtudes, como una medida de justicia i con­veniencia, que espidais un acto lejislativo por el cual se rebaje el actual precio de la sal. Bogotá, 6 de marzo de 1878. DANIEL DELGADO. El Secretario de Hacienda, :MIGUEL L. GUTIÉRREZ. El Secretario de Gobierno, N EPOMUCENO J. NAVARRO.
• Solicitud del Gobernador de Cundinamarca al Congreso de la República para que revisen el mercado de la Sal para que sean ajustados los precios ya que es un producto de primera necesidad y sus precios son injustificados.

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